lunes, 27 de septiembre de 2010

Sobre la Cuestión de Estar Solo (1ª Parte)





  
Estudio realizado por la Facultad de Ciencias Púbicas y Sociopatía de la Universidad ConPutense de Arrollo de la Colina. Departamento de Desarraigo Existencial y Deriva Emocional.

Introducción
La primera parte del presente estudio pretende analizar, sin expectativa alguna de éxito, la importancia que parece tener en la sociedad actual el sentirse acompañado, comprendido y, en la medida de lo posible y sin grandes esperanzas, respetado. Al no ser éste un estudio sociológico de pago, no profundizará en los motivos que conducen a ellos (a los “deseos de”) sino simplemente mostrará el valor que parece tener para los seres humanos con escasa querencia al abandono. Para desarrollar la materia se hará continua e insistentemente referencia, en aras de alcanzar cierto prestigio, a los estudios de otros. Esto es, que el trabajo no será de campo sino de biblioteca.

La segunda parte del estudio se ocupará de desvelar  las claves que deben seguir todos aquellos que quieran caer en el olvido, hacerse invisibles a los ojos de todos y/o, lo más importante, quedarse completamente solos. O casi. Dependerá de la suerte de cada uno y del empeño que ponga en conseguirlo. Para esto se hará público el experimento científico no teórico que parte de este departamento prescindiendo de un inmerecido asueto ha llevado a cabo a lo largo de los dos últimos meses. Aproximadamente.

La tercera y última parte propone soluciones para el ostracismo al que parecerá verse abocado quien siga los consejos desarrollados en la segunda parte del estudio.

TEORÍA y fuentes de debate: Foros, Redes Sociales, Blogs y otros Logs

Jonathan Franzen, en su colección de ensayos publicada en 2003 (ISBN 9788432208782 , tapa blanda y blanca) editada por Seix Barral bajo el título “Cómo estar solo”, habla en uno de ellos (en uno de los ensayos) aquel que trata el tema de la intimidad de lo erróneo del concepto “foros públicos de internet”, que bien pudieran ser definidos como aquellos espacios donde las personas con gustos afines se reúnen para compartirlosambiguamente disfrutando unos y gozando otros de una total impunidad en lo que a su personalidad, aspecto u orientación sexual por poner solo tres ejemplos que lo mas vasto de la población entenderá se refiere. Expone Franzen la ironía que supone calificar como “público” un entorno donde impera el anonimato, donde la privacidad se defiende con extenuante ahínco y donde cualquier intromisión o valoración o crítica hacia uno, del modo que sea (cortés, descortés, imperativo o suplicante) es tomada como una afrenta personal. Esto proporciona dos axiomas de partida:

1º. Que nuestro deseo de compañía es inversamente proporcional a nuestra paciencia.

2º. Que nuestro deseo de compartir no es más que una forma encubierta para darnos publicidad a nosotros mismos; de hacer algo útil con nuestra autoestima antes de que otros la sometan con la suya, como inevitablemente suponemos que ocurrirá tal que aseveran estudios (estadísticos, en este caso) varios.

El asunto de los blogs se tratará con detalle en el apartado práctico, por lo que obviaremos cualquier aportación teórica que podamos hacer sobre el asunto por mor también de abreviar el estudio y ajustarlo a los parámetros establecidos por el método paracientífico: brevedad, concisión y eficiencia.

Las redes sociales son asunto aparte. El secreto de su éxito parece tener la clave que explica el fracaso de otras artes, como por ejemplo la literatura. La propia pantalla de facebook es un ejemplo perfecto de la problemática actual a la hora de afrontar textos de cierta envergadura. El usuario habitual de esos espacios parece conformarse con minidosis individuales de ideas, con fragmentos de cualquier cosa susceptible de (des)interés y que en la medida de lo posible conviene acompañar de imágenes o videos que alienten todavía más si cabe la lectura diagonal sugerida. El objetivo perseguido a nivel doméstico con el uso de estas redes parece ser la exposición permanente a los demás, evitar la soledad de otros y en tanto en cuanto el esfuerzo de escritura supone un acto de socialización en sí mismo, evitar también la propia. El único requisito imprescindible es la brevedad; cualquier exposición que requiera más de dos o tres minutos nuestra atención será automáticamente descartada. Los efectos que facebook pueda tener a largo plazo en cefaleas está por determinar. Motivos semejantes a éste son aquellos por los que Franzen recela de los clubs del libro al tratar a la literatura como una verdura crucífera que puede ser ingerida sólo con una cuchara de sociabilidad.


Queda, pues, demostrado que para evitar la soledad hay que mover el culo en direcciones físicas y no para-físicas. Las relaciones virtuales aumentan la sensación de soledad porque pensamos a nuestros interlocutores como conjunto compacto y unido, y por lo tanto como situados físicamente en un mismo lugar. Algo que, en realidad, sólo se da en la familia. A ratos. A veces. Aleatoriamente.

Quien no quiera estarlo (solo), mal negocio hace con permanecer hasta las tantas de la noche esperando respuestas a un comentario en un foro, blog o red social, o haciendo continuos clics sobre el botón Actualizar del correo electrónico. El solitario solamente pierde tal condición mediante el contacto directo y físico con sus semejantes. No sirven mascotas. Las putas son un buen negocio para quienes obtienen de su concentración en clubes y bares de alterne un beneficio económico. Pero lo son mucho menos para el que busca compañía. Hoy en día hablar es difícil, hemos sustituido el sonido de la conversación por el golpeteo de teclas. Aunque si la soledad del sujeto proviene, pongamos por caso, de una pasión artística determinada, difícilmente pueda ésta compartirse con prostitutas que a lo mejor son matemáticas rumanas o físicas soviéticas por no hablar de las economistas cubanas—. Lo mejor es, pues, buscar el contacto desinteresado, asumiendo disfunciones en éste y rupturas dialécticas en tanto que nuestro/a intercolutor/a también necesitará hablar de sus cosas. Cuidando, no obstante, de no caer en solipsismos aumentados a causa de desviaciones en cuanto a extra/súper consideración de interlocutores escasamente idóneos a nuestros propósitos. Sobre esto último, veamos unos sencillos ejemplos extraídos del fondo multimedia de cultura popular de que disponemos en nuestra Universidad:

·         Trailer de la película Naufrago, protagonizada por Tom Hanks: 


·         Vídeo didáctico sobre conversiones con el Más Allá: 


·         Versión fascicular sobre conversaciones solitarias: 


·         Trailer promocional de la serie de Cuatro Hay alguien ahí: 


Nuestra propuesta estaría dirigida, pues, al aumento de las oportunidades de contacto humano para, con ello, minimizar las situaciones de mera y triste Soledad. Así, en el archivo de Casos Famosos (el Hall of Fame) de Soledad Larvaria y Propuestas para Reducirla (y salir de ese monstruoso Museo de Cera) encontramos:

·         La subida en el ascensor con una vecina tras llegar del trabajo. Es tarde y tenemos barba de horas. Nuestra vecina, aunque buenorra, aparece desgreñada y la base del maquillaje ha desparecido en partes de su faz, lo que le otorga un aspecto semiridículo e incluso pseudoenfermizo, parecido al de los aquejados de vitíligo. Sin embargo, ¿quién nos espera en casa? ¿Dónde estamos más solos, en el ascensor, evitando la mirada de esa vecina de quien ni siquiera conocemos su nombre, o en casa, donde  lo más probable es que terminemos haciendo zapping frente a una lata de atún untada sobre una rebanada de pan mohoso y bebiendo coñac a gollete? Es la escena preferida de las películas X retro. Se habla del tiempo, de las horas dedicadas al trabajo, hay un par de gruñidos o de síes, una risa y quizá una tos. Imagina entonces la debacle interior del protagonista, que duda entre iniciar en serio una conversación dirigida, o continuar con la rutina de la soledad. Follar o no follar, ésa es la cuestión.

·         Una manifestación pro-derechos de los pensionistas. La protagonista está próxima a la jubilación. Es limpiadora de un banco, con lo que su trabajo se desarrolla en la más lastimera de las soledades nocturnas. Es viuda y no tiene hijos. Odia a su familia. Está y se siente sola. Ha ido a la manifestación para encontrarse rodeada de gente. Para no sentirse tan sola. En realidad, los motivos subyacentes a la protesta le importan un bledo: el banco tiene un convenio específico que le obliga a jubilar a sus trabajadores a una edad específica e inferior a la marcada por el Estatuto de los Trabajadores. Ella sólo desea estar rodeada de gente.

·         La cola del supermercado otorga múltiples formas de contacto. Colóquese siempre en la de la caja más concurrida. Si ésta es la de Máximo 10 artículos, divida su compra en tantos subconjuntos de ítems como sea necesario para no infringir esta norma absurda. Fórmula de compra socializante:

Nc = f[(Q/q) * Me(Moda)

Donde Nc es el número de contactos; Q, la cantidad de artículos total a comprar; q, el número máximo de elementos que se permiten pasar de una sola vez por la caja rápida; y Me(Moda) la mediana estadística de los momentos en que el supermercado estará más concurrido (Moda) y, por ello, más cola habrá en la dichosa caja rápida.


Resumiendo: sea atrevido. Hábleles a los demás. Pregunte (la hora, una dirección), pida fuego (aunque no fume), discúlpese (aunque en realidad no haya molestado al sujeto objeto de su disculpa), péinese, cambie esa cara, coño. Si bebe, déjelo para poder asistir a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Si tiene un seguro privado de enfermedad, bórrese para así tener la posibilidad de socializar en las concurridas antesalas de la medicina pública. No haga la compra por Internet, recuerde que La Red no hace amigos. Practique el habla humana ante el espejo: 


Vaya al gimnasio. Escuche a Miguel Ríos:  


 Salga. ¡Haga algo, por Dios!

3 comentarios:

  1. !Todavía estoy escojonado de la risa¡ En serio, me salgo del blog porque me duele hasta la barriga.

    Un abrazo.

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  2. A mi me duele la barriga y la cabeza. El texto es bueno pero los videos son rompedores. El perro rezando con la niña era alucinante. Me bastaba cambiar dios por Cortázar para sentirme en misa.

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  3. Qué miedo me da que seas tan sensato!!! Cualquiera habla contigo ahora de banalidades...tendrás que añadir la opción de 'muy bueno' porque lo es

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